El agente consultó la
operación con su superior que aceptó la misma y realizó una copia de los
papeles del vehículo que aceptaban como aval del cliente. El hombre de negocios
salió del banco con su dinero y un empleado del banco cogió las llaves del
coche y lo guardó en el parking del banco.
Todos los operarios del
banco se reían a costa del hombre de negocios que dejaba como aval un Ferrari
de 200.000 € por un préstamo de 5.000 €.
A las dos semanas el
hombre de negocios volvió al banco, devolvió los 5 mil Euros y los intereses,
que ascendieron a 15,41 Euros. El agente le devolvió las
llaves del coche y no pudo resistirse a hacerle una pregunta:
“Señor, perdone mi
atrevimiento. Quiero decirle que estamos contentos de haber cerrado esta
operación con usted, pero aquí en el banco estamos todos un poco
desconcertados, la verdad. Hemos mirado su cuenta
corriente y hemos comprobado que usted es multimillonario, ¿Para que nos pide
un préstamo con la cantidad de dinero que tiene?”
El hombre de negocios le
miró y le respondió, ¿Sabe usted de algún sitio en Madrid que me cobren 15,41
Euros por aparcar un Ferrari durante dos semanas con la garantía de que cuando
lo coja lo tendré intacto?
Fuente: Libro Encuentra UN BUEN MOTIVO
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